Cómo conseguir el mejor mirador en casa
Construir un mirador en la vivienda es una de las opciones cada vez más demandadas para poder disfrutar de las vistas y mejorar la conexión con el espacio exterior. En este post os hablamos de las diferentes posibilidades que existen y de todo lo que debemos tener en cuenta antes de ponernos manos a la obra.
Si vivimos en pleno centro de una gran ciudad, es posible que no nos hayamos planteado la opción de contar con un mirador en casa, excepto si buscamos poder aprovechar al máximo la luz natural o vivimos en plantas muy elevadas. Pero si, por el contrario, nuestra casa tiene vistas a la montaña, a la playa o a un lago, tener un mirador habrá sido uno de nuestros primeros pensamientos.
Los miradores nos permiten disfrutar de vistas panorámicas desde la comodidad del hogar, y crear un espacio de conexión con el exterior. Un lugar en el que descansar, desconectar de la vida diaria, leer o, incluso, practicar Yoga con vistas al campo. ¿Es sencillo conseguir un mirador que cumpla con nuestras expectativas? En este post recopilamos aquellos aspectos a tener en cuenta, que van desde el diseño del mirador hasta el tipo de materiales o el mobiliario.
Planificación y diseño del mirador
Antes de empezar cualquier tipo de construcción, es fundamental planificar su diseño. En el caso de los miradores debemos tener en cuenta:
- Ubicación estratégica: identificar la ubicación óptima del mirador. Debe estar en un lugar que nos permita aprovechar al máximo las vistas disponibles, a la vez que de a una zona de la vivienda accesible y cómoda.
- Normativas y permisos: antes de ponernos manos a la obra es importante conocer las normativas de nuestra localidad y gestionar los permisos necesarios.
- Diseño: los miradores pueden ser cerrados o semiabiertos. Un mirador cerrado nos ofrecerá protección frente a los elementos climáticos, mientras que uno semiabierto nos dará una sensación de cercanía con el exterior. También existe la opción de incorporar soluciones que permitan la apertura o cierre según la época del año en la que nos encontremos.
Tipos de cerramientos: ventanas y vistas
Según el diseño de nuestro mirador podremos elegir entre un tipo de ventanas u otro (estructuras fijas, correderas, etc). En cualquier opción el material será fundamental, que sea resistente, duradero y nos ofrezca elevados niveles de aislamiento térmico, acústico y de hermeticidad, como ocurre con el PVC. Esto último debemos tenerlo en cuenta, sobre todo, cuando el hueco comunica directamente el interior con el exterior de la vivienda. Los tipos de ventanas y estructuras que podemos elegir son:
- Ventanas de piso a techo: cuando queremos maximizar las vistas, la entrada de luz y crear sensación de amplitud. En este caso es muy común optar por estructuras donde la parte inferior son fijos y en la parte superior del mirador se opta por ventanas correderas u oscilobatientes.
- Ventanas con diferentes tipos de apertura: cuando combinamos el muro de fachada con un hueco en el que instalar nuestras ventanas y disfrutar de las vistas. En este caso podemos optar por ventanas abatibles o correderas, según el espacio con el que contemos y nuestras necesidades. Aquí será primordial el aislamiento, ya que este tipo de soluciones repercuten directamente en el confort del hogar.
- Puertas correderas: a veces los miradores no son otra cosa que un balcón o terraza con vistas. En este caso podemos llegar a tener doble elección: por un lado, la puerta de acceso a la terraza y, por otro, tendremos que decidir si queremos o no cerrar ese balcón, convirtiéndolo en un mirador.
- Ventanas con barandilla: es una opción ideal cuando queremos ventanas de piso a techo en altura, que se puedan abrir al completo y sin poner en riesgo nuestra seguridad. En Kömmerling contamos con una versión del sistema Kömmerling76 AD Xtrem que incluye barandilla de cristal.
Estas son solo algunas de las opciones que tenemos, pero lo cierto es que las posibilidades son múltiples: estructuras todo vidrio, formas arqueadas, incluir cajón de persiana, etc.
Mantenimiento del mirador
Un mirador requiere cierto mantenimiento y limpieza, ya que por lo general son estructuras expuestas a las condiciones climáticas, la contaminación, etc. No debemos olvidar:
- Limpieza regular: mantener las ventanas y superficies limpias es la única forma de asegurar que las vistas siempre sean perfectas, porque de nada nos servirá un mirador si después está continuamente manchado por la lluvia, etc.
- Inspección de la estructura: cada cierto tiempo es conveniente revisar la estructura de nuestro mirador, para asegurar que todo se encuentra en perfecto estado y evitar posibles incidentes.
Opciones extra para tu mirador
Una vez tenemos materializado nuestro mirador tampoco debemos olvidar los pequeños detalles que nos ayudarán a hacer de él un espacio más personal.
- Mobiliario: tendremos que decidir si queremos algún tipo de mesa o sillón junto a nuestro mirador, bien sea para crear un rincón de lectura o porque queremos poder desayunar con vistas al mar.
- Cortinas o persianas: según la orientación de nuestro mirador y lo expuesto que esté a la luz solar, quizá sea conveniente la instalación de persianas o cortinas que ayuden a aislar el interior de la vivienda de las condiciones climáticas externas.
- Plantas y elementos decorativos: también podemos colocar plantas, alfombras o cojines con los que darle un toque diferente al espacio.
En definitiva, podemos ver que a la hora de diseñar y tener un mirador las opciones son muy diversas, por eso es importante planificarse y tener claro qué tipo de mirador queremos. En este proceso la elección del material es clave, ya que de ello dependerá su facilidad de mantenimiento, durabilidad, etc.
No hay que olvidar la importancia que tienen los vidrios en este tipo de cerramientos, siendo recomendable optar por vidrios laminados de seguridad con control solar y aislamiento reforzado, que permiten el paso de la luz, dejando fuera el calor y garantizando un uso continuado sin deterioros ni daños.