¿A qué altura del suelo se coloca una ventana?
Desde Kömmerling queremos hacer un repaso por las normativas que rigen la altura de las ventanas, la altura adecuada para el antepecho y cualquier otro aspecto que pueda ayudarte a tomar la mejor decisión.
A la hora de instalar ventanas, una de las preguntas más comunes es a qué altura del suelo se coloca una ventana. Su ubicación no solo afecta a la estética de un espacio, sino que también influye en la seguridad, la ventilación, la funcionalidad y la iluminación natural.
Normativa sobre la altura de las ventanas
La normativa sobre la altura de las ventanas puede variar según el país, pero su objetivo suele ser garantizar la accesibilidad y la seguridad de los ocupantes de la vivienda. En el caso de España, el Código Técnico de la Edificación (CTE) establece que la altura mínima de una ventana debe ser de 90 centímetros desde el suelo en viviendas y edificios residenciales (en el caso de desniveles con la calle mayores a 6 metros, serían 1.10 metros).
Para ventanas que se encuentren a una altura menor es obligatorio instalar medidas de protección adicionales, como barandillas o elementos de seguridad similares. El objetivo es evitar caídas accidentales, sobre todo en aquellas viviendas en las que residan niños pequeños, mascotas, etc.
Además de la altura de la ventana, las normativas también regulan otros aspectos como el tamaño, la accesibilidad en caso de emergencia o las especificaciones técnicas de los cristales. Aunque esto afecta sobre todo a proyectos en los que existe un riesgo de impacto o de caída. Las normas también suelen variar cuando estamos ante edificios no residenciales, como centros comerciales, comercios…, en los que existe un mayor flujo de gente y tienden a instalarse más zonas acristaladas.
¿Qué es el antepecho de una ventana? ¿Cuál debe ser su altura?
Es posible que al tratar de averiguar cuál es la altura mínima de una ventana hayáis dado con el término “antepecho”, que no es otra cosa que el cierre inferior del hueco de una ventana. Es decir, la parte de la pared que va entre el suelo y la ventana. Por eso, hablar de altura mínima de una ventana, sería lo mismo que decir la altura máxima del antepecho.
Aunque, como decíamos, las normativas establecen una altura mínima de 90 centímetros (O 110 cm en desniveles con la calle mayores a 6 metros), lo cierto es que existen variaciones según la estancia en la que se encuentre la ventana. Por ejemplo, en cocinas donde las ventanas se encuentran encima de la encimera, la altura del antepecho suele ser mayor, ya que eso favorece que podamos cocinar y movernos con mayor facilidad.
En las habitaciones o dormitorios es normal una altura de entre 90 a 100 cm, ya que permite una buena vista y entrada de luz sin comprometer la seguridad. En el salón sí se busca la altura mínima que marca la normativa, con el objetivo de ampliar la visibilidad y la entrada de luz natural al máximo.
Además, a nivel estético, cuanto más bajo es el antepecho de una ventana, mayor es la sensación de amplitud y conexión con el exterior que proporciona a la vivienda. En este aspecto, es muy común ver viviendas en las que se instalan ventanas fijas en la parte inferior y ventanas correderas o practicables en la parte superior (lo que llamaríamos mirador). Así se cumple normativa a la vez que ganamos amplitud y luminosidad.
Altura máxima de una ventana
Aunque no existe una normativa como tal sobre la altura máxima de las ventanas, lo habitual es realizar una instalación que permita hacer un uso cómodo y seguro de ellas. La altura máxima de una ventana suele estar condicionada por la altura del techo y el diseño de la estancia. Aun así, siempre se debe asegurar que la parte superior de la ventana esté a una altura accesible, que permita su apertura, cierre y mantenimiento.
En términos de accesibilidad, la altura máxima recomendada en la que debe situarse la manilla de una ventana es alrededor del metro, variando según las necesidades de los ocupantes de la vivienda, el tamaño de las ventanas, etc.
Debemos tener en cuenta las circunstancias de cada persona o vivienda, ya que, si hay elementos decorativos, cortinas, molduras, si existen ocupantes en la vivienda con algún tipo de discapacidad… esto nos puede marcar los límites de la ventana. En definitiva, la altura correcta de una ventana será la combinación de las normativas en materia de seguridad, la funcionalidad y la estética.